1. Vida práctica:
Para estimular esta área podemos invitar al niño a participar en tareas simples como doblar la ropa, poner la mesa o regar las plantas. Proporcionarle utensilios y materiales adaptados a su tamaño y capacidad como es la torre de aprendizaje le permitirá desarrollar su autonomía y destrezas motoras finas.
2. Sensorial:
Podemos estimular esta área realizando actividades que despierten los sentidos como jugar con plastilina, experimentar con diferentes texturas, un tablero sensorial o clasificar objetos por su forma, color o tamaño. Estas actividades ayudarán al niño a agudizar sus sentidos y explorar el mundo que lo rodea de manera creativa.
3. Matemáticas:
Podemos utilizar material concreto como bloques de construcción, fichas de números o juegos de clasificación. A través de actividades como contar objetos, hacer sumas simples o comparar tamaños, el niño podrá desarrollar su comprensión numérica y habilidades matemáticas de forma lúdica y práctica.
4. Lenguaje:
Para estimular esta área, podemos leer cuentos juntos, jugar con letras magnéticas o en tapete, trabajar con tarjetas de vocabulario, y fomentar la conversación y la narración de historias. Estas actividades ayudarán al niño a enriquecer su vocabulario, mejorar su comprensión lectora y desarrollar sus habilidades comunicativas de forma divertida y estimulante.
5. Arte y cultura:
Realizar actividades como explorar mapas y globos terráqueos, investigar sobre diferentes culturas y tradiciones, o crear manualidades inspiradas en obras de arte famosas. Explicarles con herramientas divertidas como puzzles la forma en que funciona la vida. Estas experiencias permitirán al niño ampliar sus horizontes, fomentar su curiosidad y respeto por la diversidad cultural, y desarrollar su creatividad y empatía hacia los demás.